BIENVENIDOS

Quiero hacer un homenaje al primer Gobernador de esta ínsula llamada Barataria: D. Sancho Panza. Por lo tanto, con su debido permiso y siguiendo sus pasos voy convertirme en el segundo Gobernador de esta ínsula e intentar convertirla en un reducto de cultura, algo que hoy en día escasea. Así que todos aquellos que esteis interesados en visitar este lugar: SED BIENVENIDOS.

domingo, 19 de julio de 2015

¡NO LE QUITEN LA CALLE A CUNQUEIRO!

Hace unos días el nuevo gobierno del Ayuntamiento de Madrid, decidió quitar del callejero todos los nombres que han tenido que ver con el franquismo y darle nombres nuevos a las calles. Me parece una buena idea, pero el problema surgió cuando se ha decidido suprimir la calle dedicada a Alvaro Cunqueiro, por su relación con la falange. En varías ocasiones he hablado de la diferencia que debe existir entre la vida privada o pública de un escritor/a y su calidad literaria. Pongo como ejemplos a los escritores Filgueira Valverde al que se le dedicó el Día de las letras gallegas, este año, y que tuvo una gran relación con el franquismo o a Knut Hamsun que en 1920 recibió el Premio Nobel de Literatura y que fue gran defensor del nazismo. A estos ejemplos se pueden señalar otros como el de Pablo Neruda que admiraba a Stalin, o Borges que se abrazó efusivamente a Pinochet. ¿Es por esto que debamos despreciar a estos escritores? Sí podemos censurar sus actitudes, criticarlos pero no hacer que caigan en el olvido.

Alvaro Cunqueiro es uno de los grandes escritores del siglo XX y si se le dio nombre a una calle de Madrid no fue porque tuviese que ver con la falange, sino por sus obras y por su calidad. ¿Por qué retirarle ahora esa calle? 

Me sumo a todas las voces que se han alzado en contra de esta retirada y aprovecho para incluir a este escritor dentro del Parque de las Letras de esta Ínsula, porque ha dicho parque pertenecen escritores/as que han hecho grandes obras como Saramago o el ya mencionado Filgueira Valverde.



                                        

" Penedo de Oirán mercóu unha escopeta de segunda man, e botóuse ao monte, novato cazador aos cincoenta anos cumpridos. Tiña mui boa vista, que il coidaba que era o millor que había pra trunfar na venatoria. Ensiñóulle algo un escolante salmantino que fora destinado a Oirán. Un día Penedo erguéuse cedo e foi aos montes do Pereiro a cazar á espera. Séntouse medio escondido nunha xesteira, escopeta disposta. Estivo sin moverse unha hora, agardando, sin que lle pasara nada por diante dos ollos. Aquélo non sería campo de Salamanca. Non fumoú, non se movéu, non asubióu."

Fragmento del cuento "Cando Penedo foi de caza"

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