BIENVENIDOS

Quiero hacer un homenaje al primer Gobernador de esta ínsula llamada Barataria: D. Sancho Panza. Por lo tanto, con su debido permiso y siguiendo sus pasos voy convertirme en el segundo Gobernador de esta ínsula e intentar convertirla en un reducto de cultura, algo que hoy en día escasea. Así que todos aquellos que esteis interesados en visitar este lugar: SED BIENVENIDOS.

martes, 2 de mayo de 2017

EDUARDO DE GUZMÁN

Vamos a dedicarle una calle de esta Ínsula a un periodista que además fue escritor, me refiero a Eduardo de Guzmán. 


                      

Nació en Palencia y tuvo contactos con el periodismo desde la adolescencia. Así su primera gran opurtinidad va a ser desempeñar el cargo de redactor jefe de "La Tierra". Su posición comunista lo llevó a que escribiera para "La Libertad" donde trabajó con Ramón J. Sender y Eduardo Haro.

Entre 1937 y hasta la llegada de las tropas nacionalistas a Madrid, dirigió "Castilla Libre", periódico de la CNT. Cuando Franco venció, él estaba junto a 30,000 republicanos en Alicante esperando la llegada de un barco para escapar. Este suceso será el punto de partida de su obra El año de la victoria con el que gana el Premio Internacional de Prensa en 1975. 

Antes de que pueda coger ese barco, Guzmán es detenido y llevado al campo de concentración de los Almendros y de allí trasladado al de Albareta. Después fue llevado a Madrid donde fue torturado y trasladado a la cárcel de Yeserías, donde se le somete a un consejo de guerra. Es indultado y sale de prisión el 22 de diciembre de 1943. Le incapacitan para ejercer el periodismo, por lo que trabaja haciendo traducciones y escribiendo crónicas taurinas para "El Ruedo". También se dedicará a escribir una multitud de libros de bolsillo que bajo pseudónimos como Edward Goodman, Richard Jackson o Anthony Lancaster, tratarán temas de vaqueros y de policías. Estas historias aparecerán recogidas en colecciones como "Oeste americano", "F.B.I.", "Jaguar" o "La novela negra". Todas estas historias llevaban siempre un mensaje político.

Tiene una gran amistad con el actor Tony Leblanc por lo que escribirá los guiones "Los pedigüeños" o "Una isla con tomate". Es una época en la que escribirá guiones cinematográficos: "El hombre de la diligencia" o "Ángeles con pistolas".

En 1978 es rehabilitado para el periodismo escribiendo en "Triunfo", "Diarío 16" o "Índice". Además escribió una serie de libros testimoniales como: Aurora de sangre, Mi hija Hildegart, La muerte de la esperanza o Nosotros los asesinos

Falleció en 1991 en Madrid

A continuación un fragmento de su libro Nosotros los asesinos:

"Una mañana, dos días después de haber ingresado Mulsa en el calabozo, cuando Navarro espera recibir un paquete con alguna comida, dos agentes vienen en su busca con aire amenazador.

 
—¡Te hemos descubierto, cabrón! —dicen a modo de saludo—. Ahora vas a contarnos todo eso del Socorro Rojo.
 
Se lo llevan con muy malos modales, y cuando lo devuelven hora y media después no está en condiciones de explicar nada de lo sucedido. Un rato más tarde recobra las fuerzas precisas para sentarse en el suelo y hablar; me cuenta en pocas palabras lo que le ocurre.
 
—Aseguran que soy el jefe del Socorro Rojo que está funcionando en la calle. El resto puedes figurártelo.
 
Me lo figuro sin el menor esfuerzo, especialmente advirtiendo las huellas dejadas en su físico. Por lo que puedo entender, los policías consideran demasiado abundantes los paquetes que recibe —pese a que hasta este momento no le ha llegado más que uno, tan parco y modesto como los de la mayoría— y creen que sólo pueden sufragarse con dinero suministrado por el Socorro Rojo.
 
—Vas a decirnos cómo y dónde funciona y quiénes son sus dirigentes, o te deslomamos.
 
Le desloman, en efecto, porque Navarro Ballesteros no puede decirles lo que ignora por completo; más aún, lo que tiene la seguridad de que no pasa de fruto de la calenturienta imaginación de cualquiera de los policías.
 
—Si lo supiera, me habría dejado matar antes de despegar los labios —afirma—, pero la pura verdad es que no lo sé.
 
Continúa sin saberlo por la noche, luego de sufrir por la tarde un nuevo y más prolongado interrogatorio. Le han tratado como de costumbre, pero no son los propios golpes lo que más le duele. Hay algo que le indigna cien veces más.
 
—La salvajada que han hecho con la pobre Conchita —dice apretando rabioso los puños— es digna de una partida de hienas o gorilas."

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