BIENVENIDOS

Quiero hacer un homenaje al primer Gobernador de esta ínsula llamada Barataria: D. Sancho Panza. Por lo tanto, con su debido permiso y siguiendo sus pasos voy convertirme en el segundo Gobernador de esta ínsula e intentar convertirla en un reducto de cultura, algo que hoy en día escasea. Así que todos aquellos que esteis interesados en visitar este lugar: SED BIENVENIDOS.

domingo, 25 de enero de 2015

JULIO LLAMAZARES

Hasta ahora en el recién inaugurado Parque de las letras, habíamos homenajeado a escritores ya muertos, es el caso de Valle Inclán o de García Lorca, por poner un ejemplo. Hoy queremos que un escritor vivo pase a formar parte de este Parque, Julio Llamazares. Estamos ante uno de los grandes escritores españoles. Un escritor que escribió una novela tan intensa y angustiosa como La lluvia amarilla. Tengo que reconocer que es una de mis novelas favoritas, de hecho cada vez que la leo, sufro al igual que el personaje de la novela. Una persona que es el último habitante de un pueblo del Pirineo aragonés. Tengo que reconocer que las veces que la leí me emocioné con Andrés, nombre del narrador y personaje principal.
 
Pero, no está en este Parque por haber escrito esta obra, sino porque estamos ante un poeta, ante un creador de historias fantástico y por eso merece formar parte de nuestro Parque de las Letras.
 
Por cierto, que yo sepa ninguna ciudad, villa, pueblo... ha hecho una estatua de este escritor. Normalmente, se suelen hacer cuando han muerto, algo que me parece muy triste, por eso desde aquí animo a que le hagan un homenaje a este escritor en vida y que él mismo pueda verse reflejado en su propia estatua. Yo les doy una idea con la siguiente foto y les muestro un fragmento de La lluvia amarilla
 
 
 
 
                                                    


" Aterrado, eché a correr por el medio de la calle sin saber tan siquiera a dónde iba. Un sudor frío me recorría todo el cuerpo y las hojas y el viento me cegaban. De repente, todo el pueblo parecía haberse puesto en movimiento: las paredes se apartaban, silenciosas a mi paso, los tejados flotaban en el aire como sombras desgajadas de sus cuerpos y, sobre el vértice infinito de la noche, el cielo se había vuelto amarillo por completo"

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