Voy a dedicarle una calle de esta Ínsula a una persona que por su condición de político puede acarrear simpatías pero también antipatía. Me refiero a Winston Churchill, primer ministro inglés, pero también escritor y de hecho en 1953 recibió el Premio Nobel de Literatura. Y es por esta última faceta por la que quiero dedicarle una calle de Barataria.
Churchill nació en 1874 siendo su abuelo séptimo duque de Marlborugh. Por lo tanto procede de una familia de la nobleza. Fue internado en un colegio en Ascot. Él no quería y se negó a estudiar, así en 1888 ingresó en la escuela de Harrow, dentro del grupo de los más retrasados, debido a sus malas notas. Cuando entró en la Academia Militar de Sandhurst todo cambió. Comenzó a estudiar y a destacar entre los mejores. Al salir de la Academia se incorporó al Cuarto de Húsares que era un regimiento de caballería. Así combatió en Cuba, India y Sudán.
En 1898, se afilió al Partido Conservador y un año después se presentó a las elecciones pero no obtuvo el acta de diputado, por lo que se fue a África del Sur como corresponsal del "Morning Post" en la guerra de los bóers. Fue hecho prisionero y trasladado a Pretoria de donde escapó, regresando a Londres. Se convirtió en un héroe y en 1900 consiguió un escaño como diputado. En 1904, se pasó a los liberales y en 1906 fue nombrado subsecretario de Colonias, posteriormente fue nombrado ministro de Comercio y después de Interior.
En 1911, lo nombraron lord del Almirantazgo y reorganizó todo el ejército inglés. En 1915, el ejército inglés sufrió una derrota en la batalla de los Dardanelos y dimitió. Volvió al ejército pero en 1917, el nuevo primer ministro,David Lloyd George lo llamó para hacerse cargo del Ministerio de Armamento y luego para el de Guerra y Aire.
Terminada la Primera Guerra Mundial, volvió al partido conservador y en 1924 llevó el ministerio de Hacienda. Sus políticas fueron muy impopulares y descendió su popularidad. Así decidió abandonar la política y dedicarse a escribir y pintar.
Ante la amenaza de Hitler y sus continuos avisos de que había que pararlo, en 1939 cuando Inglaterra le declaró a Alemania la guerra, Churchill fue llamado a que volviera a ocupar el Almirantazgo y en 1940 fue nombrado Primer Ministro, consiguiendo un triunfo de Inglaterra en la Segunda Guerra Mundial junto a sus aliados, pero esto no le valió para que perdiera las elecciones y se convirtiera en el jefe de la oposición. En 1951, volvió a ganar y en 1955 por razones de edad, dimitió, después de ser nombrado Caballero de la Jarretera.
Murió en 1965.
A continuación un fragmento de su obra La Segunda Guerra Mundial.
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A mediados de junio de 1936, la creciente degeneración del régimen parlamentario en España, y el vigor con que se preparaban sendas revoluciones comunistas y anarquistas, desencadenó un alzamiento militar que llevaba tiempo preparándose...En España estaba manifestándose una perfecta reproducción del período de Kerensky en Rusia...Ninguno de los dos bandos que conspiraban podía alegar, con justicia, títulos de legalidad...Muchas de las garantías corrientes en la sociedad civilizada habían sido liquidadas por la infiltración comunista en un decaído gobierno parlamentario. Se producían atentados por ambas partes, y la pestilencia revolucionaria llegó a un punto tal, que los comunistas no titubeaban en asesinar a sus adversarios políticos en las calles o en sacarles de sus lechos para darles muerte».