Este verano estuve pasando unos días en Barcelona, ciudad que últimamente debido a los conflictos políticos existentes ha estado de moda. Conflictos de los que he hablado aquí en más de una ocasión. No es la primera vez que visito esta ciudad, tengo que decir que me encanta y cada vez que vuelvo descubro lugares nuevos.
En el Neolítico ya se tiene constancia de los primeros habitantes que ocuparon este territorio y en los siglos VI y VII hay relatos que hablan de las presencia en dicho territorio de los iberos e incluso se dice que existió en esta época una colonia griega.
Esta ciudad fue fundada por los romanos en el siglo I a. c. en lo que hoy es la Plaza de Sant Jaume, centro político de la ciudad.
En el año 415, Barcelona fue conquistada por Ataulfo estableciendo la capital del reino visigodo aunque enseguida fue trasladada a Toledo. Según la leyenda, los visigodos denominaron al actual territorio catalán como Tierra de Dios. Esta leyenda llevó a que los románticos en el siglo XIX la relacionaran con el santo Grial.
El siglo XIX fue un buen siglo para esta ciudad ya que, aumentó la demografía y prospero económicamente, creando industrias como la textil que tuvieron una gran importancia. Además, comenzó a desarrollarse como ciudad moderna con la urbanización de las Ramblas, la construcción de la Barceloneta, creación de las Academias de las Buenas Letras y la de Ciencias y Artes, restablecimiento de las Universidades...Estamos en una época donde la burguesía tuvo gran importancia, al igual que la entrada de corrientes ideológicas del exterior dando lugar al movimiento denominado Renaixença que estuvo relacionado con la literatura, pintura, arquitectura, política, etc.
Con la llegada de la dictadura de Franco, todos los logros que Barcelona había conseguido, desaparecieron tanto en lo político como en lo cultural. Incluso se prohibió el uso del catalán. Todo se restablecería a su muerte, con la llegada de la democracia.
Hoy en día estamos ante una ciudad que es de las primeras ciudades europeas en atraer turismo, un turismo a veces incontrolado que causa verdaderos problemas a los habitantes de esta ciudad. Una ciudad con un gran número de actividades culturales. Una ciudad abierta y tolerante.
Estamos ante una ciudad que integra restos romanos con barrios medievales y con ejemplos del Modernismo y las Vanguardias. La UNESCO ha declarado Patrimonio de la Humanidad construcciones de los arquitectos catalanes Antoni Gaudí y Lluís Domenech i Montaner
PARK GÜELL
En Barcelona nos podemos encontrar un montón de museos, exposiciones, música, teatro, danza... También se respeta mucho la cultura popular mediante fiestas como la de la Mercè. Sin olvidarnos de su cultura gastronómica con productos de la huerta, pescados, embutidos o su repostería.
En fin, estamos ante una gran ciudad donde cada año se realizan un montón de seminarios, simposios y certámenes internacionales. Es una ciudad dotada de varios centros de exposiciones y congresos para acoger toda la actividad que se desarrolla en Barcelona.
Además en muchas obras literarias esta ha sido el espacio escogido por sus escritores y escritoras. Un ejemplo de ello es la novela de Carlos Ruiz Zafón. La sombra del viento:
"Las calles aún languidecían entre neblinas y serenos cuando salimos al portal. Las farolas de las Ramblas dibujaban una avenida de vapor, parpadeando al tiempo que la ciudad se desperazaba y se desprendía de su disfraz de acuarela. Al llegar a la calle Arco del Teatro nos aventuramos camino del Raval bajo la arcada que prometía una bóveda de bruma azul. Seguí a mi padre a través de aquel camino angosto, más cicatriz que calle, hasta que el reluz de la Rambla se perdió a nuestras espaldas"