Un año más en esta Ínsula vamos a inaugurar la II Feria del libro, coincidiendo con la que se acaba de inaugurar en Madrid. La nuestra desde luego es más humilde que la de Madrid, pero no por eso deja de ser importante, de hecho creo que deberían de organizarse Ferias de este tipo en todos los rincones de España, porque es la mejor manera de fomentar la lectura, en unos tiempos donde cada vez se lee menos. Y un país que lee poco, dice muy poco de él.
De esta II Feria del Libro de Barataria, me gustaría recomendar una serie de libros que me he encontrado y han llamado mi atención:
El primero de ellos es de un escritor del que ya hemos hablado en alguna ocasión y que incluso le dedicamos una estatua en el Parque de las Letras de esta Ínsula, me refiero a Filgueira Valverde, escritor gallego que acaba de ser homenajeado en Galicia por el Día de las Letras Gallegas. Por eso, quería destacar uno de sus poemas "6 Cantigas de mar in modo antico":
"Porque non seca a morte a fonte das cantigas
eu vos chamo, segreles, que veñades cantar
onde os verdes loureiros gardan vellas ermidas,
cabo das sabias ondas sulcadas do luar,
das insuas da ribeira nun antigo lugar,
Otra obra que me gustaría recomendar es El mundo de ayer de Stefan Zweig, obra autobiográfica de este escritor judío austriaco. Curiosamente, la presidenta de Navarra, Yolanda Barcina, recomendó esta semana esta lectura para que la gente se diera cuenta hacía donde iba España después de los resultados de las pasadas elecciones municipales y autonómicas. Llegando a comparar la situación que vivimos, con la que se vivió en la Alemania nazi o la que se vive en Venezuela. Por eso, recomiendo este libro para que la gente lo lea y vea que nada tiene que ver la situación que vivimos con la que se vivió en esa época. ¿Cómo se pueden hacer semejantes comparaciones?
"Había que someterse sin cesar a las exigencias del Estado, entregarse como víctima a la política más estúpida, adaptarse a los cambios más fantásticos; siempre estaba uno encadenado a la colectividad, por más tenaz que fuese su defensa; se veía uno irresistiblemente atrapado. Todo aquel que ha vivido esta época o, mejor dicho, todo aquel que se ha visto acorralado y perseguido en este lapso (no hemos conocido muchos momentos de resuello), ha vivido más historia que ninguno de sus antepasados. Hoy nos volvemos a encontrar en un punto crucial: un fin y un nuevo comienzo. Así, pues, no actúo gratuitamente cuando acabo-de momento-esta mirada retrospectiva sobre mi vida en una fecha determinada. Es que aquel día de septiembre de 1939 pone punto final definitivo a la época que formó y educó a los que ahora tenemos sesenta años. Pero si con nuestro testimonio logramos transmitir a la próxima generación aunque sea una pavesa de sus cenizas, nuestro esfuerzo no habrá sido del todo vano. "