A veces, un escritor o escritora crean un personaje que cobra una importancia tan grande que llega a representar al propio país donde fue creado o donde se desarrolla la acción. Este es el caso de D. Quijote que es relacionado con España, de hecho en muchas ocasiones se habla de la España de los quijotes. De igual manera, el personaje de Sherlock Holmes se le relaciona con Inglaterra donde realiza sus investigaciones y de hecho en Londres hay un museo dedicado a dicho personaje
Dinamarca también tiene a su propio personaje, Hamlet, creado por Shakespeare, dramaturgo inglés que fijó el escenario en este país; algo parecido hizo con Romeo y Julieta situando a dichos personajes en la ciudad italiana de Verona.
Julio Verne, situó a uno de sus personajes en la Rusia de los zares, Miguel Strogoff y Molière fija a algunos de sus personajes como Tartufo en Francia.
Cada país tiene a su propio personaje, que lo identifica y que incluso a veces forma parte de la historia del propio país
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