Quiero empezar el nuevo año deseando a todos y todas un feliz 2018, un año que está dedicado a los camélidos, especie a la que pertenecen animales como las llamas, los camellos o los dromedarios. Estos animales tienen presencia en la literatura, así aparece presente en el cuento chino El camello Xiangzi escrito por Lao She.
Gloria Fuertes le dedica un poema al camello titulado "El camello cojito", que lo podemos escuchar a continuación recitado por ella misma
Guillermo Samperio, escritor mexicano escribió un cuento que hacía referencia a esta especie animal, titulado Cuarenta y cinco dromedarios:
"hay un silencio como de fábricas clausuradas y peces invisibles y ojos sellados en este pañuelo de oscuridad donde mi vista a pesar de que mira su entorno es invadida por ráfagas de grises ropajes manchados por malentendidos entre humos de antiguos trenes obtusos un silencio de automóviles encaramados en lomas de hierro cuando ya la tarde terminó de pardear y se levantan en su entorno alambradas grasientas labios y sexos zurcidos por cordones de alambre piernas diseminadas por las avenidas principales donde ya nadie transita o mis manos vueltas murciélagos rabiosos que se embisten a sí mismas un cielo sin cielo debido a que en el centro de su mayor altitud se gesta un huracán invertido ocultando la luna y de súbito devorándola de forma miserable y provoca que estalle sin que las estrellas tornen a observarse mientras los edificios y las casas de la ciudad se van desmoronando de manera paulatina con lentitud como si un dios execrable los estuviera filmando de forma cruel a sabiendas de que los perros ya no ladran porque están colgados de los alambres que cruzan las calles junto a los eternos zapatos que penden ahorcados desde hace siglos y de pronto ese silencio de fábricas suprimidas impenetrables como tiendas subterráneos avenidas entre cascajo de cuerpos se convierte en silencio que silba la canción más sombría y terrible que se hubiera escuchado en las batallas entre los mortales o las del amor expansivo y profundo ese amor que no deja en pie torres de cableados eléctricos ni tanques de refinerías mientras la ciudad se va anegando de chapopote que es la viscosidad de la conjunción de las desgracias las ausencias las traiciones la desesperación ver atravesar al estrago nuestro cuerpo y saber que nos quedan micras de tiempo para una última querella sin rezos ni plegarias como cuando los camellos caen de un golpe tremendo contra la arena del desierto sin saber que trajinaron todavía decenas de kilómetros vueltos cadáveres sólo por la costumbre terca de llegar a un destino que en esta ocasión fue ese montículo donde se desplomaron los cuarenta y cinco dromedarios como el amontonadero de vehículos en diversos montes ferrosos de lo que fue una ciudad en esta noche helada"
Tres ejemplos de países muy diversos: China, España y México que nos muestran como en la literatura universal estos animales han tenido y seguirán teniendo un hueco.
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