ERNEST HEMINGWAY

Vamos a dedicarle una calle de esta Ínsula a uno de los grandes escritores de la Literatura Universal, Ernest Hemingway que obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1954.

                                   

El 2 de julio de 1962, Hemingway se pegó un tiro en la cabeza en Ketchum (Idaho). Según personas que lo conocían, estamos ante un escritor con talante suicida.

Estamos ante un escritor que amaba España, de hecho a veces vivsitaba este país por motivos de trabajo, como cuando trabajando para la revista "Life" fue a España para escribir sobre la rivalidad que existía entre dos toreros: Antonio Ordóñez y Luis Miguel Dominguín. Artículo que se convertiría posteriormente en el libro El verano peligroso. 

En Francia Hemingway era una gran celebridad, al igual que en La Habana donde tenía una propiedad: La Finca Vigía. Aquí solía ir con Gregorio Fuentes a pescar. Esta persona le inspiró el personaje principal de El viejo y el mar. Tanto le gustaba la pesca que incluso se creó un trofeo con su nombre: Trofeo Hemingway de Pesca del Pez Espada que llegó a ganar en una ocasión Fidel Castro, el cual tenía una gran predilección por la novela de este escritor, Por quién doblan las campana

Hacía el final de su vida le costaba mucho escribir debido a la enfermedad mental que tenía, así en 1962 es ingresado en una clínica donde se la aplican electrochoques. Estos problemas mentales es la consecuencia de su suicidio. Estos mismos transtornos los heredó su hijo menor, Gregory Hemingway, que en la última década de la vida de su padre no llegaron a hablarse y llegó a casarse con la secretaría de su padre. Gregory acabó separandose de su mujer, se cambió de sexo y murió en el 2001 en una cárcel de mujeres.

A continuación un fragmento de una de sus obras más conocidas, El viejo y el mar:

" Era un viejo que pescaba solo en un bote en el Gulf Stream y hacía ochenta y cuatro días que no cogía un pez. En los primeros cuarenta días había tenido consigo a un muchacho. Pero después de cuarenta días sin haber pescado, los padres del muchacho le habían dicho que el viejo estaba definitiva y rematadamente salao, lo cual era la peor forma de la mala suerte, y por orden de sus padres el muchacho había salido en otro bote que cogió tres buenos peces la primera semana. Entristecía al muchacho ver al viejo regresar todos los días con su bote vacío, y siempre bajaba a ayudarle a cargar los rollos de sedal o el bichero y el arpón y la vela arrollada al mástil. La vela estaba remendada con sacos de harina y , arrollada, parecía una bandera en permanente derrota"