Este año el Premio de Alfaguara de novela fue para la obra Los abismos de la escritora colombiana Pilar Quintana. Según el jurado se premia dicha obra porque: "se adentra en la oscuridad del mundo de los adultos a través del punto de vista de una niña que, desde la memoria de su vida familiar, intenta comprender la conflictiva relación entre sus padres"
En esta novela se habla de como una mujer no eligió ser madre, porque si lo eligiera a lo mejor no lo hubiese sido y como la menor sabe que no fue una hija deseada.
Sus primeras declaraciones cuando se enteró de que había recibido dicho premio fue:
"Cuando empecé a escribir veía todo esto muy lejos. Todavía es temprano aquí en Colombia y estoy esperando a que me llamen para decirme que era todo un chiste"Queremos felicitar a dicha escritora por uno de los premios más importantes de la literatura española y queremos hacerlo mostrando un fragmento de su obra galardonada:
"En nuestro apartamento había tantas plantas que lo llamábamos la selva. El edificio parecía salido de una vieja película futurista. Formas planas, volados, mucho gris, grandes espacios abiertos, ventanales. Nuestro apartamento era dúplex y el ventanal de la sala se alzaba desde el suelo hasta el cielo raso, que allí era del alto de las dos plantas. Abajo tenía piso de granito negro con vetas blancas. Arriba, de granito blanco con vetas negras. La escalera era de tubos de acero negro y gradas de tablas pulidas. Una escalera desnuda, llena de huecos. Arriba el corredor era abierto, como un balcón a la sala, con barandas de tubos iguales a los de la escalera. Desde allí se contemplaba la selva, abajo, esparcida por todas partes.
Había plantas en el suelo, en las mesas, encima del equipo de sonido y el bifé, entre los muebles, en plataformas de hierro forjado y materas de barro, colgadas de las paredes y el techo, en las primeras gradas y en los sitios que no se alcanzaban a ver desde el segundo piso: la cocina, el patio de ropas y el baño de las visitas. Había de todos los tipos. De sol, de sombra y de agua. Unas pocas, los anturios rojos y las garzas blancas, tenían flores. Las demás eran verdes. Helechos lisos y rizados, matas con hojas rayadas, manchadas, coloridas, palmeras, arbustos, árboles enormes que se daban bien en materas y delicadas hierbas que me cabían en la mano. "