En el mes de julio decidí hacer una visita a una ciudad de Portugal llamada Nazaré, conocida por sus enormes olas y muy visitada por los surfistas. Pasé una semana en esta ciudad y puedo decir que disfruté de su playa, de sus vistas y de su gastronomía.
Anteriormente, este pueblo se llamaba Pederneira hasta 1912 y desde el siglo XII es un lugar de pescadores. Se cree que desde la Prehistoria este lugar ya fue habitado, aunque la primera constancia de Nazaré aparece en una carta romana donde se habla de este lugar como el Seno Petronero, señalando la existencia de una laguna.
En el siglo XII, Portugal conquista estas tierras a los musulmanes y Alfonso I las entrega a los monjes cistercienses.
Del siglo XV al XVI se convierte en uno de los astilleros más activos del Reino. En el siglo XVII la desaparición de la laguna que bañaba este pueblo y el descenso del nivel del mar, llevó a una decadencia de este lugar.
En el siglo XX vuelve a resurgir gracias al turismo y a la peregrinación religiosa a su santuario. De hecho, el pueblo se pasó a llamar Nazaré en homenaje a una virgen morena traída de Nazaret de Galilea
Estamos ante una villa típica de Portugal y que mantiene tradiciones como la salazón del pescado en la playa.
Sus playas son consideradas como las mejores de Portugal
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