En el mes de mayo se celebra el día de las letras gallegas, exactamente el 17 de mayo. Por eso, me gustaría invitar a esta Ínsula a uno de los grandes escritores que tiene esta Comunidad, me refiero a Antón Riveiro Coello
Este escritor que obtuvo en 1997 el primer Premio del Certame Galego de Narracións Breves Modesto R. Figueirido por su obra Setetraxes, nació en Xinzo de Limia (Ourense) en 1964. Cursó estudios de Derecho en Santiago y actualmente vive en Boiro, donde trabaja como funcionario. Es presidente de la Asociación Cultural Barbantia. Además fue nombrado Hijo Predilecto del Ayuntamiento de Baltar y es Juez Honorario del Couto Mixto.
Ha ganado muchos premios, además del mencionado anteriormente, así podemos mencionar entre otros: Álvaro Cunqueiro de Narrativa, Manuel Murguía, Camilo José Cela, Breogán de cuentos, Castelao de Narrativa, Max Aub o el NH*** de Relatos.
Entre sus obras hay que destacar: Valquiria, Parque Central e outros relatos, A historia de Chicho Antela, A quinta de Saler, Animalia, As rulas de Bakunin, Homónima, A canción de Sálvora,A esfinxe de amaranto, Limaiaé, Os ollos de K, As pantasmas de auga, Laura no deserto...
"¡Un animal! ¡Nunca tal se había visto! ¡Sólo por el dolor que me hiciste pasar, todos los días deberías hacerme reverencias!
Mamá no desaprovecha la oportunidad para echarme en cara esa indecisión mía de no querer salir. Le gusta actualizar el dolor de esos dos días intensos de agosto, bajo una atmósfera trágica y calurosa, cuándo un fórceps y su empuje iracundo me arrojaron al mundo para batir, con algo más de cinco kilos, la marca de peso del hospital Santa Cristina. ¡Aquello fue cosa de nunca acabar! Calculo su dolor y justifico tanto sufrimiento con la fama de bebé bonachón que yo después tendría -parece ser que me pasaba las horas durmiendo con tal abandono que no renunciaba a esta letargia ni tan siquiera para comer-. Nada más cortarte la vida, una enfermera te lavó y recorrió los pasillos del hospital irguiendo semejante bola de carne como si cargase en sus manos con la prueba palpable de un milagro. Papá sonríe, vanidoso, me coge con sus manos de hierro y, después de comprobar el peso, concentra todo su entusiasmo en una frase que, con los años, se volverá legendaria en la familia: ¡Me nació un hijo ya joven!."
Fragmento de la obra Casas baratas. Un buen ejemplo, lleno de humor para mostrar la narrativa de este gran escritor.
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