Estos días leí en un periódico que el famoso detective Poirot volvía a ser protagonista de una nueva novela. En esos momentos pensé, ¿la creadora de este personaje, la gran Agatha Christie, ha resucitado? Leyendo la noticia descubrí que no, que quien iba a escribir una nueva aventura de este detective era la escritora Sophie Hannah, con la autorización de los descendientes de Agatha Christie. Ante este hecho, me hago la siguiente pregunta: ¿estaría de acuerdo la creadora de Poirot de que alguien se apropiara de su personaje?. Sabemos que no es el único caso, de hecho otro de los grandes detectives de la historia de la literatura, Sherlock Holmes, también sobrevivió a su creador, Arthur Conan Doyle, ya que en el 2011 apareció una nueva aventura de él, escrita por Anthony Horovitz y que llevaba por título La casa de la seda. Pero quizá uno de los personajes que más aventuras ha vivido después de muerto su autor es el agente secreto James Bond, creado por Ian Fleming y después de su muerte otros escritores como Kingsley Amis o Sebastián Fulks recrearon las aventuras de 007.
En fin, podría citar más ejemplos de personajes que sobreviven a sus autores. Pero lo que me interesa es reflexionar sobre este hecho. Los descendientes de estos grandes escritores tienen los derechos sobre estos personajes y son ellos los que autorizan que ciertos escritores/as puedan utilizarlos. ¿Cuál es el motivo que les impulsan a dejar que se utilicen estos personajes? Sinceramente creo que unicamente el monetario. Quizá me equivoque pero esa es mi opinión, sino fuera así me encantaria que alguno de estas personas visitara esta Ínsula y me diera sus razones, porque yo no veo otras razones
Ante estas situaciones, nuestro querido Cervantes decidió matar a su más célebre personaje, D. Quijote, para que nadie pudiera seguir contando sus aventuras después de que él estuviera muerto. ¡Qué astuto!
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