Vamos a inaugurar otra de las calles de esta Ínsula, dedicándosela al segundo escritor americano que recibió un Premio Nobel, Eugene O`Neill, que lo recibió en 1936.
Este escritor nació en Nueva York en 1888. Su padre era irlandés y emigró a los Estados Unidos, donde llegó a ser actor y director teatral. Hasta los siete años, nuestro escritor, siguió a su padre en todas las giras que tenía. Después cursó sus estudios en diversos colegios católicos y en 1906, se matriculo en la Universidad de Princeton, que abandonaría un año después para comenzar a trabajar. Posteriormente, se unió a una expedición de buscadores de oro que se dirigía a Honduras. La expedición fracasó y volvió a su país donde se hizo subdirector de una compañía de teatro. Cuando se cansó se fue a Buenos Aires donde realizó varios empleos, hasta que se decidió convertirse en marinero. Al finalizar este trabajo, volvió a Estados Unidos donde se hizo actor en la compañía de su padre. De nuevo deja este trabajo y ficha por el periódico "Telegraph", en New London(Connecticut).
Entre 1912 y 1913, permanece ingresado en un hospital por principios de tuberculosis. Cuando sale, decide comenzar a escribir para el teatro. Así escribe: La luna de los Caribes, Ruta al Este hacia Cardiff y El largo viaje de regreso. Su primer gran éxito en Broadway fue Más allá del horizonte. A esta obra le siguen otras, claramente marcadas por el expresionismo alemán como: El emperador Jones o El mono velludo. Las siguientes obras ya tendrá una influencia del psicoanálisis: Con deseo bajo los olmos, Extraño interludio , Dynamo y la trilogía El luto le sienta bien a Electra
En 1946, sufre la enfermedad del Parkinson que puso fin a su escritura. Muere en 1953 en Boston
E l fragmento que se muestra a continuación es el comienzo de su obra Largo viaje hacia la noche:
"TYRONE: Ahora da gusto abrazarte,MARY. Has engordado casi diez kilos.
M A R Y (Sonriendo con cariño): Me he puesto demasiado gorda ¿verdad querido? Creo que debería adelgazar un poco.
TYRONE:¡Nada de eso, señora mía!Estás perfecta. Ni hablar de adelgazar. ¿No será por eso por lo que casi no has desayunado, eh?
MARY:¿Que casi no he desayunado? ¡Pero si he comido muchísimo!
TYRONE: Pues a mí me parece que no. Por lo menos, no todo lo que a mí me gustaría.
MARY (Bromeando):¡Claro! A ti te gustaría que todos comiésemos tanto como tú. ¡Vaya indigestión!"
No hay comentarios:
Publicar un comentario