Existe una buena costumbre entre los dirigentes de los países cuando suelen visitar otro país que no es el suyo y es que en muchas ocasiones se regalan libros. Esto sucedió esta semana con la reunión que tuvieron el presidente de España, Pedro Sánchez y el presidente de la Comunidad catalana, Quim Torra. Así, el presidente catalán le regaló al español dos libros, uno titulado Imago Catalonia que es un conjunto de mapas de Cataluña desde la Edad Media y otro titulado, Ara, un país sobre el Valle de Arán. Mientras que Pedro Sánchez le obsequió con un libro sobre la historia del Palacio de la Moncloa. Que un presidente de España regale libros a un presidente autonómico no es la primera vez que sucede, de hecho en el 2016, Carles Puigdemont asistía a la Moncloa para reunirse con Mariano Rajoy y este último le regalaba una edición facsímil de la primera edición de la segunda parte del Quijote.
Pero como decíamos, esto no es solo una costumbre española, así y por poner algunas ejemplos en el 2015 en una Cumbre de las Américas, Hugo Chávez (presidente de Venezuela) le regalaba a Barack Obama el libro Las venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano que narra el saqueo de las riquezas del continente americano durante medio siglo.
En la visita que en febrero de este año hizo el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, al Vaticano le obsequió al Papa con un cofre de libros del teólogo musulmán Mevlana Rumi. Siguiendo en el Vaticano, Evo Morales, presidente de Bolivia le regaló al Papa en una visita oficial que hizo el Libro del mar, libro que recoge las reivindicaciones de Bolivia sobre su derecho al mar. También Donald Trump, presidente de los EEUU, en su visita oficial al Vaticano, le regaló al Papa una serie de libros sobre Martin Luther King
Cuando el presidente israelí, Reuven Rivlin, visitó España en noviembre del 2017, fue recibido por los reyes y le regalaron una traducción a la lengua safardí de ocho capítulos del Quijote.
Estos son algunos de los ejemplos de libros que se regalan entre mandatarios. Lo que quiere decir que los presidentes y presidentas también leen
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