Esta semana escuché en el programa "Ilustres ignorantes", al humorista Quequé decir que este confinamiento que estamos pasando, le recuerda a un personaje literario que pasó un confinamiento de años y que ese personaje era Segismundo de La vida es sueño de Calderón de la Barca. Y tiene razón, ya que dicho personaje desde que nació fue metido en una celda y no salió hasta que ya era una persona mayor. ¡Eso sí que es estar confinado! Por eso y debido a las circunstancias que estamos viviendo, creo que es un personaje que debe formar parte de nuestra Sala de Personajes Literarios.
Estamos ante un personaje soberbio, rebelde pero en ocasiones también se muestra prudente. Representa la dualidad humana, por un lado y gracias al conocimiento y a la razón se muestra prudente, pero en ocasiones su ansia de gloria le lleva a cometer acciones instintivas brutales. Solo el desengaño consigue que la razón venza al instinto.
Él en un momento de la obra se define de la siguiente forma:
"¡Quién eres? Que aunque yo aquí
tan poco del mundo sé,
que cuna y sepulcro fue
esta torre para mí;
y aunque desde que nací
(si esto es nacer) sólo advierto
este rústico desierto,
donde miserable vivo,
siendo un esqueleto vivo,
siendo un animado muerto;
y aunque nunca vi ni hablé
sino a un hombre solamente
que aquí mis desdichas siente,
por quien las noticias sé
de cielo y de tierra; y aunque
aquí, porque más te asombres
y monstruo humano me nombres,
entre asombros y quimeras,
soy un hombre de las fieras,
y una fiera de los hombres;
y aunque en desdichas tan graves
la política he estudiado
de los brutos enseñado,
advertido de las aves.
y de los astros súaves
los círculos he medido:
tú solo, tú, has suspendido
la pasión a mis enojos,
la suspensión a mis ojos,
la admiración al oído"
Al final de la obra esta definición que se hace de sí mismo cambiará cuando sus actuaciones se basan en la prudencia.
YO ME QUEDO EN CASA
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