Hasta que un escritor o escritora no consigue vivir de la literatura, se suelen dedicar a un otras profesiones para poder escribir. Así a lo largo de la historia de la literatura tenemos muchos oficios diferentes a los que se dedicaron los escritores/as más ilustres.
Queria empezar con uno de los escritores más importantes de las letras hispanas actuales, Fernando Aramburu, autor de Patria y que durante un tiempo se dedicó a dar clases de Lengua Materna en Español en Lippstadt, Alemania. Estuvo varios años ejerciendo como escritor hasta que lo dejó para dedicarse a la literatura. Javier Cercas, autor de Anatomía de un instante también ejerció la labor docente, fue lector de español en la Universidad de Illinois. Otro escritor que se dedicó a la docencia para poder sobrevivir fue Julio Verne, autor de obras como Cinco semanas en globo. Ian Gibson, autor de Cuatro poetas en guerra también ejerció la docencia en la Universidad Queen`s de Belfast como profesor de español
Cornell Woolrich, autor de obras como Aprendiz de detective o Un robo muy cosotoso compaginó el escribir novelas con el de escribir guiones de cine. Relacionado con el cine también estuvo Gabriel García Márquez que entre sus novelas está Crónica de una muerte anunciada y que compaginó su escritura con la de crítico cinematográfico
También hay abogados entre los escritores, así Lorenzo Silva se dedicó a la abogacía hasta que se decidió dedicarse a solo escribir novelas, como Algún día, cuando pueda llevarte a Varsovia
Uno de los oficios más comunes de los escritores/as es el de periodista, es el caso de Carlos Casares, autor de A vida do Padre Sarmiento que se dedicó a las dos cosas, a escribir novelas o ensayos y a escribir en periódicos como "La Región". Lo mismo sucede con Andrés Trapiello, autor de Al morir Don Quijote, que escribió en periódicos como "Pueblo"
Nuestros escritores clásicos, no se dedicaban solo a la escritura, de hecho muchos de ellos estaban al servicio de reyes o nobles, es el caso de Diego de San Pedro, autor de Cárcel de Amor que sirvió al Maestre de Calatrava, Pedro Girón. Miguel de Cervantes que escribió nuestro gran Quijote, estuvo al servicio, en Roma del cardenal Acquaviva. Otros como Charles Dickens que escribió Canción de Navidad, trabajó en su juventud en una fábrica de betún
Hay escritores como Antonio Machado, Campos de Castilla, que al principio fueron incapaces de vivir de lo que escribían y ejercieron varios trabajos, así durante unos meses, trabajó en París para la editorial Garnier.
La escritora Judith Kerr autora del libro juvenil Cuando Hitler robó el conejo rosa trabajó como pintora y diseñadora. Dibujante también fue en su adolescencia José Zorrilla que escribió Don Juan Tenorio
José Antonio Perozo que escribió Cuentos mágicos ejerció varias profesiones, entre ellas la de vendedor.
Enrique Suárez Figaredo, autor de Cervantes, Figueroa, y el crimen de Avellaneda llevó el Centro de Ingeniería de Distribución de Endesa.
Nuestro Nobel de Literatura, Juan Ramón Jiménez, autor de Diario de un poeta reciencasado se dedicó casi en cuerpo y alma a la literatura, pero también ejerció algún que otro trabajo como el diseño del jardín y biblioteca de la Residencia de Estudiantes
Estos son algunos ejemplos de las profesiones de algunos y algunas escritores/as que tuvieron que ejercer hasta poder dedicarse solamente a escribir.