La semana pasada estuve unos días en un pueblo que se llama Aldán y que pertenece a Pontevedra. Un lugar tranquilo y que tiene unas playas espectaculares como: la playa de Areacova, playa de Francón, playa de Sartaxéns o la playa de Menduiña que invluso tiene una biblioteca.
Las primeras referencias a presencia humana en este lugar se remontan a la Edad de Bronce, con la presencia de unos petroglifos que se encuentran en Erbello.
En la Edad Media, los nobles que ocupaban estas tierras eran los Aldao y de ahí viene el nombre del pueblo
En el siglo XIX, se instaló una fábrica de conservas en la playa de Menduiña, dinamizando la economía. Posteriormente se instaló en el puerto una conservera que funcionó hasta los años ochenta
En la época actual hay 2581 habitantes empadronados en este lugar, destacando la industria pesquera, sobre todo la pesca de altura. También es muy importante la industria mejillonera, con el cultivo del mejillón en bateas
Entre los sitios que hay que visitar está. la Torre de Aldán, A Ponte, el Pazo de Vistalegre, el monumento en honor a Lando Carneiro, trovador del siglo XII o el Obelisco dedicado a los mártires seguidores de Lando Carneiro declarados rebeldes por publicar sus Versos Apócrifos y Cántigas de Escarnio y fornica
Aldán cuenta con personajes importantes como Antonio Alfonso Pardavila jesuíta que impartió clases en la Universidad Pontificia Comillas de Cantabria. Elaboró una Gramática de traducciones japonés-inglés, usada actualmente en Japón y considerada una obra maestra en la Universidad de Harvard.
Además cuenta con deportistas olímpicos como: Carlos Pérez Rial, Teresa Portela Rivas, Roberto Abal o David Cal Figueroa
A continuación un breve texto de Kiko Cabanillas donde habla de la Ría de Aldán:
"El pasado puente fui a pasarlo acompañado de mi hija Julia a Santiago, con mi hermano Javier,y el lunes nos dirigimos a La Ría de Aldán en velero desde Sanxenxo. Disfruté mucho viendo a mi hija Julia con sus primas disfrutando del velero capitaneado por Álvaro, entrañable mariñeiro.
Ya a la vuelta le pedí a Javi su opinión sobre mi posible aventura en Alepo.
Fue taxativo: “Tenemos la suerte de haber nacido en Galicia. Dónde vas tú as meterte en un país en guerra. Disfruta de tus hijos y déjate de tonterías”.
“Sí Javier, pero yo soy periodista...Alepo es un lugar en guerra, confluencia de culturas y religiones. Además quiero abrirme hueco en el mundo periodístico....., tras mi accidente y consecuente minusvalía”
“¿Sabes que sentir las balas a tu lado es la experiencia más parecida a la cocaína que existe?”, dije.
“Sí Kiko, pero si quieres estímulos preocúpate con los problemas de tus hijos.
¿Qué sabes de sus amigas y de sus preocupaciones?”.
“Tienes razón Javier -repliqué-, además siento que ya se me ha pasado el arroz. Tengo cincuenta años y una minusvalía que me dificulta la movilidad.
Pero tendría tres años para recuperarme antes de ir a la guerra, allí donde estuviere, hasta que mi hija acabe la carrera.
Así pues lo pospongo.
Seguiré con mi gimnasio y retomaré el footing.
Estaré listo para viajar a un país en guerra dentro de tres años”.
El barco nos llevó a la Ría de Aldán, donde nos dimos un baño maravilloso.
Luego comimos en un enxebre restaurante. Y cada mirada de mi hermano mayor me preoguntaba: ¿Crees acaso que tendrás esto en un país en guerra?”.
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