La semana pasada nos dejó uno de los escritores más importantes de la literatura actual, Umberto Eco. Escritor y filósofo italiano, nació en Alessandria en 1932. Tiene dos novelas muy conocidas: El nombre de la rosa y El péndulo de Foucault.
Por eso, creo que es más que merecido que este escritor que fue presidente de la Scuola Superiore di Studi Umanistici de la Universidad de Bolonia, forme parte del Parque de las Letras de esta ínsula junto a autores como Cunqueiro o Saramago. Estoy seguro que a partir de ahora, se harán muchos homenajes e incluso alguna que otra estatua se hará de este ilustre escritor, por eso, que mejor que un busto de él, con su sombrero, sus gafas y su barba.
"Fue entonces cuando vi el Péndulo.
La esfera, móvil en el extremo de un largo hilo sujeto de la bóveda del coro, describía sus amplias oscilaciones con isócrona majestad.
Sabía, aunque cualquiera hubiese podido percibirlo en la magia de aquella plácida respiración, que el período obedecía a la relación entre la raíz cuadrada de la longitud del hilo y ese número pí que, irracional para las mentes sublunares, por divina razón vincula necesariamente la circunferencia con el diámetro de todos los círculos posibles, por lo que el compás de ese vagar de una esfera entre uno y otro polo era el efecto de una arcana conjura de las más intemporales de las medidas, la unidad del punto de suspensión, la dualidad de una dimensión abstracta, la naturaleza ternaria de pi, el tetrágono secreto de la raíz, la perfección del círculo"
El péndulo de Foucault
No hay comentarios:
Publicar un comentario