BIENVENIDOS

Quiero hacer un homenaje al primer Gobernador de esta ínsula llamada Barataria: D. Sancho Panza. Por lo tanto, con su debido permiso y siguiendo sus pasos voy convertirme en el segundo Gobernador de esta ínsula e intentar convertirla en un reducto de cultura, algo que hoy en día escasea. Así que todos aquellos que esteis interesados en visitar este lugar: SED BIENVENIDOS.

domingo, 19 de octubre de 2025

HOMENAJEANDO A...ANA MARÍA MATUTE

Esta semana se celebró el día de las escritoras y como siempre hacemos en esta Ínsula, vamos a dedicarle este día a una de las grandes escritoras españolas, Ana María Matute, ya que este año se celebra el centenario de su nacimiento.


                              


Nació en Barcelona en 1925 en una familia burguesa, propietarios de la fábrica de paraguas Matute. Debido a cuestiones laborales, la familia cambió mucho de domicilio. Así la mayor parte de su infancia la pasó en Madrid.

Tenía once años cuando comenzó la Guerra Civil y perteneció a la "generación de los jóvenes asombrados", término puesto por ella y que hace referencia a los escritores que reflejaron la Guerra Civil en su infancia.

No fue a la universidad y en 1948 escribe Los Abel. En 1954 gana el Premio Planeta con Pequeño teatro y a partir de ahí comenzaría a ganar un montón de galardones literarios, incluyendo el Premio Cervantes.

Falleció en el 2014. 

Como siempre hacemos en este homenaje vamos a resaltar una frase de esta escritora:  

                   
  "La palabra es el arma de los humanos para aproximarse unos a otros."

Según nuestra escritora que importante es la palabra para que todos nos entendamos y que importante es hoy en día para acabar con todos los conflictos bélicos que existen. Si se utilizara la palabra y no las armas que bien nos iría.

Vamos ahora a mostrar un fragmento de su novela corta Fiesta al noroeste que obtuvo en 1952 el Premio Café Gijón:

"Se llamaba Juan Medinao, como se llamaron su padre y el padre de su padre. La usura ejercida en tiempos por el abuelo le había convertido en el dueño casi absoluto de la Baja Artámila. Desde que tuvo uso de razón, se notó dueño y amo de algo que no había ganado. La casa y las tierras le venían grandes, pero especialmente la casa. La llamaban La Casa de los Juanes, y era fea, con tres grandes cuerpos de tierra casi granate y un patio central cubierto de losas. Al anochecer, las ventanas eran rojas; al alba, azul marino. Estaba emplazada lejos, como dando una zancada hacia atrás de la aldea, frente por frente al Campo del Noroeste. Desde la ventana de su habitación, Juan Medinao podía contemplar todos los entierros.
Aquel Domingo de Carnaval, cerca ya la noche, Juan Medinao rezaba. Desde niño sabía que eran días de expiación y santo desagravio. Tal vez su plegaria era un recuento, suma y balance de las cotidianas humillaciones a que exponía su corazón. Estaba casi a oscuras, con el fuego muriéndosele en el hogar y las dos manos enredadas como raíces.
Había entrado la noche en su casa, y la lluvia no cesaba contra el balcón. Cuando llovía así, Juan Medinao sentía el azote del agua en todas las ventanas, casi de un modo material, como un redoble desesperado.
Oyó que le llamaban. La voz humana que taladró el tabique le derrumbó desde sus alturas. Volvían a llamarle. Todos en la casa, hasta el último mozo, sabían que Juan Medinao rezaba a aquellas horas y que no debía interrumpírsele. Insistieron. Entonces, el corazón se le hinchó de ira. Gritó y arrojó un zapato contra la puerta."

Lógicamente esta gran escritora fue dibujada y caricaturizada un montón de veces. Entre todas las que hay elijo la hecha por Rayma donde se ve a la escritora y detrás unos libros volando como si fuesen aves.

         

Ella en su infancia leía los cuentos de Hans Christian Andersen, por eso que mejor que homenajear a tan ilustre escritora con un fragmento del cuento Abuelita de este escritor.

"Abuelita es muy vieja, tiene muchas arrugas y el pelo completamente blanco, pero sus ojos brillan como estrellas, sólo que mucho más hermosos, pues su expresión es dulce, y da gusto mirarlos. También sabe cuentos maravillosos y tiene un vestido de flores grandes, grandes, de una seda tan tupida que cruje cuando anda. Abuelita sabe muchas, muchísimas cosas, pues vivía ya mucho antes que papá y mamá, esto nadie lo duda. Tiene un libro de cánticos con recias cantoneras de plata; lo lee con gran frecuencia. En medio del libro hay una rosa, comprimida y seca, y, sin embargo, la mira con una sonrisa de arrobamiento, y le asoman lágrimas a los ojos. ¿Por qué abuelita mirará así la marchita rosa de su devocionario? ¿No lo sabes? Cada vez que las lágrimas de la abuelita caen sobre la flor, los colores cobran vida, la rosa se hincha y toda la sala se impregna de su aroma; se esfuman las paredes cual si fuesen pura niebla, y en derredor se levanta el bosque, espléndido y verde, con los rayos del sol filtrándose entre el follaje, y abuelita vuelve a ser joven, una bella muchacha de rubias trenzas y redondas mejillas coloradas, elegante y graciosa; no hay rosa más lozana, pero sus ojos, sus ojos dulces y cuajados de dicha, siguen siendo los ojos de abuelita."

A continuación, unas palabras de esta escritora con motivo de haber sido jurado de un concurso organizado por Ecoembres sobre el reciclaje


 
 


Finalizamos con una canción que le gustaba mucho y de hecho estuvo presente el día de su funeral, se trata de "The River" de Bruce Springsteen


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